Sensitive or Intolerant Skin

Una piel sensible e intolerante reacciona más que una piel normal, es hiperreactiva. Experimenta sensaciones de cosquilleo, calor, hormigueo y picazón (aunque esto es poco frecuente), la mayoría de las veces de manera intermitente.

Estas sensaciones de incomodidad a veces también van acompañadas de enrojecimientos y se manifiestan de forma exacerbada como reacción a estímulos de naturaleza diversa que, normalmente, no deberían causar irritación.

Dichos factores o estímulos pueden ser:

Sun
Físicos Radiación UV, calor frío, viento, variaciones de temperatura, frotamientos…
Pills
Químicos Productos cosméticos, jabones, agua, el acto de afeitarse la cara (en el caso de los hombres)…
Estrés
Psicológicos Estrés, emociones…
Calendario
Hormonal El ciclo menstrual…
Comida Piel atópica
Factores internos Alimentos muy condimentados…

Una piel sensible e intolerante reacciona, entonces, a ciertos estímulos que en otros tipos de piel no tienen ningún efecto adverso. Esta hipersensibilidad de la piel tiene como consecuencia una disminución de su umbral de tolerancia. Mientras más sensible sea la piel, más bajo es su umbral de tolerancia. En el caso de una piel sensible, las reacciones se presentan de manera transitoria, en determinados momentos.

En el caso de una piel intolerante, las reacciones son constantes o casi constantes, con un umbral de tolerabilidad permanentemente cerca de cero. 

El agua micelar de Sensibio  es un limpiador facial que es recomendable utilizarlo al despertarse y antes de acostarse para eliminar suciedad y otras partículas.

Hay dos factores principales que se han identificado como responsables de esta disminución en el umbral de tolerancia y, por lo tanto, de una sensibilidad exacerbada de la piel.

  1. En primer lugar, la epidermis de las pieles sensibles e intolerantes presenta una alteración de su función de barrera, fenómeno que en consecuencia favorece la deshidratación de la piel y la penetración de agentes potencialmente irritantes.
  2. Asimismo, parece que las pieles sensibles tienen una secreción excesiva de ciertos neurotransmisores a través de las terminaciones nerviosas superficiales, así como citocinas (sustancias secretadas por las células de la piel), las cuales promueven los procesos inflamatorios. Tales secreciones anormales son igualmente el origen de ciertas sensaciones desagradables que experimentan las personas afectadas. Las pieles sensibles e intolerantes se caracterizan, además, por una sobreproducción de radicales libres.

Mother and daughter sitting and together

El fenómeno de piel sensible es realmente frecuente, pues afecta a 1/3 de la población adulta.

Las mujeres (60 %) sufren esta condición en mayor medida que los hombres (40 %). Algunas pieles, además, tienen mayor propensión a la sensibilidad que otras, debido a factores familiares y genéticos, en particular las pieles claras, aunque el color de la piel no tiene nada que ver con su grado de sensibilidad. La frecuencia con la que se presenta este problema muestra, sin embargo, una tendencia a disminuir con la edad.

Una piel sensible puede ser, también, una manifestación clínica de alguna patología del rostro, como rosácea, eczema o dermatitis seborreica, por ejemplo.

La falta de precaución al respecto de los factores que típicamente pueden desencadenar este fenómeno favorece no sólo su aparición sino su agravamiento.

Woman looking at her skin in the mirror

Tener piel sensible no tiene consecuencias psicológicas, aunque sí implica que ciertos momentos simples de la  vida pueden alterarse debido a este tipo de reacciones. Además, lidiar con otras patologías dermatológicas puede resultar más complicado, porque es fácil que los tratamientos locales sean poco tolerados.

Consulte a su dermatólogo para que él identifique los factores que desencadenan la sensibilidad o agravan las reacciones cutáneas en su caso, y le dará los consejos de cuidado apropiados.

El médico le examinará para descartar que sea rosácea, eczema o dermatitis seborreica la que esté originando la hipersensibilidad de la piel y que, en consecuencia, haya que tomar medidas específicas.

Doctor with a patient in a medical office

Debe limitar al máximo las fuentes de agresión a la piel:

  • La exposición al frío,
  • Los productos irritantes y cuidados cosméticos traumatizantes (lavados agresivos, exfoliaciones, cremas no aptas para tu piel…)
  • En el caso de los hombres, el proceso de afeitado necesitará productos apropiados y tiempo suficiente (el vello debe estar en contacto con agua tibia durante al menos tres minutos, para suavizarlo),
  • Los efectos perjudiciales del sol sobre la piel aumentan su sensibilidad. Hay que procurar aplicar un buen protector solar.
Cold - Smiling Woman

Utilice productos cosméticos suaves y no utilice demasiados a la vez.

Lávese la cara con un producto de limpieza con ingredientes no agresivos y de alta tolerancia, de preferencia que no se enjuaguen, que no contengan perfume ni conservadores, ni tampoco tensoactivos.

Cuando se seque la cara, hágalo con sumo cuidado, sin frotar.

Mujer con piel madura limpiando su rostro

Una o dos veces al día, con mucha delicadeza, aplique un tratamiento de muy alta tolerabilidad (sin perfume, sin conservadores y sin agentes surfactantes), para disminuir las reacciones inflamatorias.

Una o dos veces por semana, con mucha delicadeza, aplique una mascarilla de hidratación intensa.

El maquillaje también debe ser limitado y seleccionado cuidadosamente.